El programa se ejecutará en la sierra
centro del Perú, en la región Huancavelica, provincia de Angaraes conformada
por los distritos de Lircay, Secclla, Congalla, Huancahuanca, Julcamarca,
Antaparco, San Tomás de Pata, Antaparco, Santo Tomás de Pata, Anchonga y
Callanmarca (Ver mapa en anexo 3.1)
Huancavelica es la región con menor
índice de desarrollo humano en el Perú,
siendo Angaraes la provincia más pobre dentro de la región Huancavelica. En la zona viven poblaciones que durante el
período de violencia socio política fueron afectadas gravemente, dejando una
secuela de mayor pobreza, quiebre del tejido social y abandono del campo debido
a la migración hacia espacios urbanos Finalizada la etapa de violencia, las
comunidades resistentes y las retornantes tuvieron que retomar su vida, en un
escenario muy complicado; a la infraestructura productiva y social destruida y
abandonada, se sumaba una débil y fragmentada organización comunal, estructura
familiar modificada, además de una fuerte crisis psicológica en las personas.
La población total de la provincia es
de 55.704 personas, 28.452 mujeres y 27.252 hombres. La población beneficiaria
del proyecto se concentra en la zona rural (95%), de las cuales el 51.20% son
mujeres.
El
70% de las acciones del componente B y C del Programa se desarrolla en la
microcuenca del rio Sicra, con 50 Km de longitud aproximada, en su recorrido se
encuentran establecidos 26 comunidades
destinatarias, además de la ciudad de Lircay capital de la provincia de
Angaraes. Va desde una altitud de 3600 msnm hasta 4850 msnm. La microcuenca de
Secclla se inicia desde la divisoria de aguas del paraje de Pampamali y recorre
42 km hasta la unión del río.
El territorio de las microcuencas de
la provincia de Angaraes presenta una topografía accidentada; en esta
condición, las técnicas de manejo del suelo y agua son ineficientes, y se
degrada el suelo agrícola por efectos de la erosión hídrica durante el riego o
la precipitación pluvial, escenario que limita a los agricultores a mejorar la
producción agropecuaria. En la provincia de Angaraes más de 16,200 Has se
encuentra con denuncio minero, pero, la minería no se constituye como un eje
dinamizador del empleo y desarrollo económico; absorbe solo al 5.78% de la
población económicamente activa de la provincia.
El
86.22% de la población económicamente activa PEA se dedica a la actividad
agropecuaria a pesar de la baja rentabilidad. La superficie de producción
agrícola bajo riego y en secano representan solamente el 9.33% del territorio
provincial;
Las comunidades de la cabecera de la
microcuenca cuentan con importantes extensiones de pastos naturales; siendo la
ganadería la actividad más importante, basada principalmente en la crianza de
vicuñas, alpacas, llamas y ovinos; Los productos pecuarios (lana, carne, queso,
leche y derivados) se destinan al trueque, al consumo familiar y venta. La
producción agrícola está basada en el cultivo de la papa amarga y papas
nativas; el cultivo de cebada es secundario. En las zonas Media y Baja los
pastos naturales y cultivados han generado el desarrollo de la ganadería
predominante criolla, pero, en algunas comunidades viene incorporándose razas
mejoradas. Los volúmenes de producción de la actividad agropecuaria son
insuficientes para garantizar la seguridad alimentaria e ingresos para la
economía familiar. Cerca del 90% de la población vive con menos de un dólar/día
(línea de extrema pobreza).
El
núcleo familiar en promedio se encuentra conformado por 5,3 miembros; el 40,4%
de los miembros de los hogares tienen menos de 15 años de edad. La generación
de ingreso económico familiar se encuentra por debajo de 137.30 Nuevos Soles
por mes por familia, esto significa que la familia dispone menos de 4.50 nuevos
soles por día (poco más de un euro) para cubrir necesidades de 5 miembros del
hogar. La desnutrición crónica y la alta
incidencia de enfermedades diarreicas son los problemas principales de salud,
directamente relacionados con la carencia y deficiencia de los servicios de
agua y desagüe. Se da un
60.5% de desnutrición infantil.
En la zona rural el 37.89% consumen
agua de manantiales, ríos o acequias; si bien el 36.37% de la población rural
con acceso al agua consumen agua “entubada”, es decir consumen sin ningún
tratamiento previo. La práctica de clorificación del agua es casi nula en las
localidades con red de agua; el consumo de agua hervida es incipiente.
El
91% de la población no cuentan con sistema de desagüe; sí bien el 51 % de la
población cuentan con letrinas, el 70% son poco funcionales y se encuentra
deteriorados por la deficiente mantenimiento. La implementación de letrinas no
se ha dado en todas las comunidades, el resultado del estudio de línea de base
(anexo 2.2) reporta que más de 5 comunidades no cuentan con letrinas.
La accesibilidad al agua de riego y
consumo poblacional es preocupante; la población destinatario dan cuenta las
consecuencias: “Las mujeres necesitamos agua para lavar la ropa, para sembrar
verduras, para preparar alimento; trasladando agua perdemos mucho tiempo;
nuestro hijos se enferman por falta de aseo y buena alimentación”; “por falta
de agua muchos animales mueren, abortan en los meses de julio, agosto,
setiembre”.
El nivel educativo de la población rural en la que intervendrá
el proyecto se sitúa por debajo del promedio nacional y de la región
Huancavelica; 1 de cada 4 habitantes mayores de 15 años no sabe leer ni
escribir. En la mayoría de los casos el servicio de educación es deficiente en
infraestructura, material didáctico, insuficiente número de profesores,
equipamiento y baja calidad de enseñanza.